domingo, 13 de diciembre de 2009
Despedida [Español]
Fue un día triste en el que tuve que despedirme de él.
Lo nuestro era extraño. Yo siempre había sido un hombre con mala suerte para esas cosas: Todo solía terminar mal por “incompatibilidad” o, en el peor de los casos, alguna enfermedad letal que muchos decían poder curar, pero nadie lograba. Para los primeros casos, yo me sentía algo engañado. Para los segundos, simplemente estúpido (y algo culpable, aunque no estoy seguro de por qué).
Mis relaciones de este tipo no solían durar más de una semana. Y la mayoría de ellas era más dolorosa para mi bolsillo que para mi corazón.
Él no era así. Yo lo amaba, y él a mí. O eso parecía.
Debo admitir que al principio soy bastante exigente, pero cuando pasa el tiempo y más aprendemos el uno del otro, más paciente me vuelvo. Él supo cumplir con mis pedidos, responder a mis preguntas y adaptarse a mí.
Lo conocí en el trabajo, una amiga me habló de él. Ella, a su vez, lo vio por primera vez en alguna tienda. Detalles sin importancia.
Desde el principio yo fui feliz, como un adolescente enamorado, aunque muchos me dijeron que nuestra relación debió haberse mantenido laboral. Si quería pasar las frías noches de invierno acurrucado en un sillón con alguna compañía, que consiguiera uno mejor. Hasta recibí comentarios negativos. Claro, estas cosas siempre son mal vistas. Tal vez debí escucharlos.
Pero él era hermoso. Cuando lo miraba, me devolvía una vista color azabache, aunque de a ratos teñida de verde. Bellísimo.
Noté que algo andaba mal cuando llegué una mañana a mi despacho y él estaba ahí. Iniciamos nuestra rutina de siempre, pero sus movimientos eran extraños. Lentos, A veces ni me obedecía. Algo muy raro en él.
Pensé que era pasajero, que se iría en poco tiempo. No fue así. Intenté preguntarle qué pasaba, pero no me lo dijo. Intenté averiguarlo, y hasta solucionarlo yo mismo, pero creo que sólo empeoré las cosas.
Después de casi dos meses juntos (un récord para mí, nada de tiempo para otros), entendí que esto no podía continuar.
Fue un día triste en el que tuve que despedirme de él, y verlo partir con otro hombre.
Y esa fue mi historia con un hermoso ordenador HP Compaq Presario V3000.
En honor a Lea y a Nina, dos fieles laptops que se vieron obligadas a partir, pese a mis lágrimas.
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