jueves, 25 de febrero de 2010
Otras Niñas [Español]
Suspiré, mirando a los alrededores. El edificio verde detrás mío estaba ahora cerrado, y solo un muro cercano me protegía de la ventisca.
Las clases de pintura habían terminado. Para siempre. Al menos para mí.
Tres compañeras conversaban a unos metros, pero yo no estaba de humor para unirme, y aparentemente Carolina tampoco. Estábamos paradas una al lado de la otra sin decir nada.
"¿No vienen por ti?" preguntó.
"No, me voy caminando. ¿Y tú?" mis palabras eran apenas sacudidas por los nervios ocultos al fondo de mi garganta, y agradecí al cielo por mis habilidades de actuación.
"Yo también, pero todavía no quiero irme." había un tono extraño en su voz. Anhelo era la palabra más cercana que encontré, pero no era exacta.
"Es la última vez que nos vemos, ¿no?" mis intentos de iniciar una conversación eran solamente una forma de obligarme a decirle eso.
"Ah, sí." se veía apenada "En serio... qué pena... tú no vuelves a entrar, ¿no? Yo tampoco..."
Podría haberme derrumbado en ese preciso instante. Pero alguna fuerza extraña me hizo hacer todo lo contrario. Respiré profundamente y hablé:
"Oye, escúchame, y voy a decir esto sólo porque sé que no nos volveremos a ver." ahora no había marcha atrás, no en mi estado de pánico "Sé que somos personas completamente distintas, y sé que las chicas como yo te repugnan."
Me miró, como entendiendo a medias lo que decía, pero yo sólo seguí:
"Pero ya te he dicho todo esto, así que no tengo más remedio que terminar de hablar." tuve que convencerme de detener los rodeos de una vez "Y es que me muero por ti... y, pues... eso. Sí, nada más."
Ella se quedó en silencio unos segundos, y yo tuve la enorme tentación de salir corriendo. Me distraje al notar que las chicas que conversaban cerca se habían callado para escuchar.
"No... yo... nunca..." ella no sabía qué responder. Típico. Yo temblaba de los nervios, pero por única vez en mi vida, no quise llorar. Al final dejó de titubear y continuó "Nunca... una chica... pero..."
Ese pero me llenó de esperanzas, y ella debe haberlo notado.
"Pero podría ser." terminó ella. Yo no creía lo que oía.
***
Una cabeza se apoyó sobre mi hombro, y brazos femeninos rodearon mi cintura. No me moví de frente a la ventana, pero una sonrisa se dibujó en mis labios.
"Daniella, ¿qué haces despierta a esta hora?" preguntó ella. Su pelo desordenado, color chocolate, me hizo cosquillas en la nariz.
"Mira." le respondí. El amanecer aparecía lentamente a través del vidrio.
Observamos el espectáculo hasta el final, marcado claramente por un fuerte bostezo suyo.
"Cansada, ¿Caro?" inquirí con una risita.
"Pues claro. Son las seis de la mañana."
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guau, escribes muy bien :)
ResponderEliminarGracias :D Me alegra saber que alguien disfruta lo que escribo.
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