A-D (Sin Título 1)
Papel perdido, pensamiento ido.
Papel reciclado, idea hecha de lado.
Papel leído, mundo sentido.
Papel quemado, corazón apagado.
Brillando en paciente blanco,
maquillado de tinta y color
Vestido de letras y trazos
O mostrando doblado esplendor.
T-D-M (Sin Título 2)
Nunca entendiste las razones para lo que hacías, ¿o sí? Eres como una máquina: Cinco minutos más, ya voy, me estoy cambiando, la plata, me subo al carro, chau papá... y nunca preguntas por qué. No te importa si es la ira de Dios por no rezar todas las noches, no te preocupas por ser bueno aunque el karma te vaya a romper la cabeza una y otra vez en la semana; pasas por alto cualquier otra idea que te diga que no reacciones así, o que te explique por qué. No, sólo te conformas con vivir, no piensas en las consecuencias. ¿Cómo sobrevives?
Sin embargo, te carcome la angustia por las noches. No he hecho la tarea, tengo que ayudar a mi hermana, mañana hay examen, quiero escribir, no terminé mi cuento, debo enviar ese mail...
Te vas a dormir con todo eso en la cabeza, pero sólo suspiras y te dices "será mañana".
Al día siguiente vuelves a empezar.
Es Inmortal
"Alumnos, ¡a la fila!" grita, y su cabello rojo como el fuego vuela al viento. Los mencionados arrastran los pies hacia la formación.
Una vez que se han ido, la vieja mujer suspira.
Ser inmortal es una mierda.
Resplandor
Era un día soleado.
Bella corrió a los brazos de su amado vampiro, temblando con miedo.
"¡Sálvame, Edward! ¡Me quieren asesinar!" imploró.
Él aceptó, y se ocultó con ella en un bosque cercano, con árboles cuyas anaranjadas hojas ya habían caído presas del embrujo del otoño.
"Ya te vi, maldito..." murmuró el asesino, apuntando su escopeta a la criatura cuya piel resplandeciente destacaba entre los arbustos.
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